Desde que estuve en Cantabria y pudimos degustar los auténticos sobaos pasiegos los tenía pendientes de preparar.
No suelo publicar muchas recetas de repostería, de vez en cuando algunas galletas o magdalenas que me pide mi hijo porque nosotros desayunamos siempre tostadas con pavo, aguacate etc es decir hacemos desayuno sano por la cuenta que nos trae.
Eso si, el día que me pongo lo hago bien y no os puedo definir el aroma a mantequilla, a recién horneado, que ha quedado impregnado en mi casa.
Es una receta muy sencilla, que lleva como no, mucha mantequilla que hace que sean irresistibles.
Ya que lleva pocos ingredientes, mejor que sean de buena calidad, como la mantequilla y los huevos.
Yo he utilizado una mantequilla que compro a peso y huevos XXL camperos.
La receta lleva una pequeña cantidad de miel y he utilizado miel mil flores artesana que compré en una granja.
Los moldes de los sobaos los podéis hacer en casa con papel de horno, el Sr Google te muestra como se confeccionan pero yo he tirado por la vía rápida y tanto el molde de aluminio como las cápsulas las he comprado en Amazon.
Antes de daros los ingredientes recalcar que es muy importante que la mantequilla tenga una textura muy blanda, tipo pomada para que se integre bien con los otros ingredientes.
En mi página de Instagram puedes ver un reels de la receta completa.
Ingredientes:
250 gr de harina de repostería
250 gr de mantequilla de buena calidad
190 gr de azúcar blanquilla
3 huevos XXL camperos a temperatura ambiente
1 sobre doble de gaseosa o 8 gr de levadura química
50 gr de miel Mil flores
Ralladura de limón
1 c/c de sal
cápsulas para sobaos
Preparación:
Precalentar el horno a 180ºC calor arriba y abajo sin aire.
En un bol batimos los huevos con el azúcar y la miel, la sal, la ralladura de limón y la mantequilla blanda, hasta obtener una crema fina y densa.
Añadir la harina con la levadura, continuamos batiendo hasta que este bien integrada y rellenamos los moldes 2/3 de su altura.
Hornear los sobaos en la parte central del horno entre 15-20 minutos.
Controlar muy bien los últimos minutos para que no se doren demasiado o que no quedasen demasiado secos. Podéis controlar con la punta de un cuchillo.
Retirar del horno y dejar enfriar en una rejilla.
Conservar bien cerrados en un caja o tupper hermético para que no se sequen y ha disfrutarlos con un buen vaso de leche fría.
Los comentarios están cerrados en el blog pero puedes dejar un comentario de esta receta o cualquier duda en mis redes sociales como Facebook o Instagram