Los que me conocéis sabéis que adoro todos los guisos hechos al horno con o sin cocotte, y el cambio de horno que hice hace unos meses ha sido lo mejor que he hecho en mi cocina. Cuando la hice nueva hace tres años, puse un horno que me iba muy bien pero como todo, pruebas uno que va mucho mejor y encima las posibilidades que te ofrece son infinitas ya te acaba de liar el tema.
Durante el año asisto a los talleres de Miele Center Barcelona, allí cocinamos con todos los hornos, y como sabéis el roce hace el cariño y de ver lo maravillosamente que van no me pude resistir. Mi horno tiene un programa a baja temperatura controlado con sonda térmica y después de probar en casa cocinar varias carnes como la ternera, y el cerdo, hemos dado paso al pollo entero con un magnifico resultado.
Recordar que con un termómetro con sonda comprado en una ferretería que venda menaje de cocina o en Ikea lo he visto por unos 9€ lo podéis utilizar para todas las carnes o pescados sin ningún problema, las temperatura corazón (interior de la carne) la podéis comprobar perfectamente.
Empezamos haciendo la marinada; lavar la menta y romero, secar bien y picar junto a los ajos, poner esta mezcla en un bol con el zumo de limón y la miel, e ir añadiendo aceite de oliva hasta conseguir una salsa para pintar el pollo.
Atar las patas del pollo y salpimentar, poner el limón dentro del pollo con una rama de romero fresco, coser o cerrar, poner el pollo en la fuente del horno y pintar con la marinada de limón y menta.
Poner en el fondo de la bandeja el coñac y el agua con un poco de sal.
Precalentar el horno a 120ºC calor arriba y abajo, poner el pollo dentro y programar la temperatura corazón que será entre 83ºC y 85ºC.
No tapar, a esta temperatura el pollo se cocinará poco a poco, tarda alrededor de las 2h y media más o menos.
Cuando casi alcance los 80ºC podemos poner las patatas cortadas a gajos y salteadas brevemente por la sartén para que acaben de cocerse dentro del horno.
Podemos dar un toque aún más crujiente cuando el pollo esté ya cocido, poniendo el grill a temperatura alta unos 5 minutos para que se acabe de dorar, pero recordar sacar la sonda para que no se queme.
Queda un pollo de corteza crujiente con la carne muy tierna y sabrosa, acompañado de sus jugos y las patatas, os quedará un plato de cine.