Tengo un congelador bastante grande que suelo tener lleno durante todo el año.
Considero el congelador un valioso fondo de armario que si está muy organizado nos saca de muchos apuros y nos ayuda a llevar la rutina de las comidas de manera mucho más
cómoda.
En uno de los cajones siempre tengo pan cortado de barra, rebanadas de hogaza, pan molde o panecillos.
En otro tengo bolsas de queso rallado, parmesano, obleas orientales, masa para pizzas, wanton, o masa de empanadillas.
También tengo unos cajones que son más hondos para las bolsas de las verduras congeladas, o las congelo en el caso que las compre frescas, también tengo mini tuppers de aromáticas, cebolla y ajo picado, chiles, cebollitas, salsas varias, fondos...
Después viene el de pescado, tengo paquetitos de pescado blanco, bolsas de gambas, carne de cangrejo, algún fumet o caldo de pescado.
El de carnes siempre lleno de hamburguesas caseras de todo tipo guardadas en bolsas zip, pechugas rebozadas, para hacer a la plancha ,brochetas, solomillos de cerdo, salchichas, pollos enteros, carnes preparadas para asar, jamoncitos etc etc. Este cajón es el que me saca de más apuros, muchas carnes las tengo envasadas al vacio ya que ocupan menos espacio y cuando me llega el aviso que vendrán amigos de clase a comer , este es el cajón estrella y el anti stress
En otro cajón están los cocinados, aquellos platos que haces más de la cuenta para sacar, descongelar, calentar y comer, esos que van de maravilla para los días sin tiempo, los días sorpresa, los días tuppers extras, o los días hijos solos en casa.
No me voy a dejar el de los helados, heladora, frutos rojos congelados, hielo, y alguna cosa más dulce.
En resumidas cuentas, que me gusta tener todo bien puesto en su sitio y cada sitio para sus cosas, en este caso comidas o ingredientes y ahora que se acerca el tiempo jardín, piscina o playa y con menos ganas de querer estar en la cocina, voy a tirar de todas estas ideas sin pensármelo dos veces
Una de esas tardes que dediqué hacer hamburguesas de ternera y pollo, aproveché una parte de la carne picada para hacer unas albóndigas diferentes, albóndigas sin salsa, sencillas pero aromáticas y muy frescas. Hice dos bandejas de 12 y una bandeja me la llevé ayer a mi casa del campo, comida de poco trabajo, acompañadas de una sencilla ensalada y lo mejor comer en el jardín con mi marido.
Ayer pude sacar a mi marido del trabajo y le hice un cambio de escenario, por unas horas desapareció el tupper diario, el microondas, la música del ordenador, la luz artificial y la soledad; a cambio encontró una mesa en el jardín, un día despejado y soleado, unas albóndigas especiadas con ensalada, una botella de vino, el cantar de muchos pajaritos, un silencio adorable y a mi.
Recorrí todos los muebles y paredes con platos antiguos que tienen mis padres y en el rincón moruno estaban los platos, un mantel cosido por mi madre hace más de 50 años y unas faldas a ganchillo de mi bisabuela me ayudaron a preparar la mesa y el ambiente que buscaba.
Ingredientes para 24 albóndigas:
De 700 gr a 1k de carne picada de pollo
2 ajos pequeños picados
sal y pimienta
1 cucharada de postre de Ras el hanout
1 cucharada de postre de garam masala
un pellizco de canela
1/2 cucharada de postre de pimentón de la vera Las hermanas
1 cucharada sopera de miel
unas cuantas pasas sultanas picadas
un buen ramillete de menta o hierbabuena fresca picada
aceite
Mezclar todos los ingredientes y formar las albóndigas del tamaño que os guste más.
Si vais a congelar algunas albóndigas, las ponéis una a lado de otra en una bandeja y una vez congeladas las guardáis en la misma bandeja o en bolsas zip marcadas.
En una sartén poner un poco de aceite y saltear a fuego medio alto todas las albóndigas, para que se sellen y queden doraditas, después bajar el fuego y dejar que se vayan cocinando hasta que estén cocidas y jugosas, moviéndolas de vez en cuando.
Acompañar de una ensalada variada o de un cous cous.
Que aproveche.