Mis hijos sólo comerían pasta, son felices con todas ellas, pasta larga, corta, rellena, y con los años hemos ampliado el surtido de salsas o acompañamientos, la verdad, el tomate no siempre tiene que acompañarla.
Para variar un poco me he decidido por ingredientes sencillos como el aceite de oliva, limón, queso parmesano y un poco de albahaca fresca.
Hervir la pasta como indica el paquete, mientras preparamos la salsa.
Rallar el limón con la parte más fina del rallador, a parte rallar el queso parmesano.
En un bol poner la ralladura de limón y dos o tres cucharadas de queso parmesano rallado, añadir un buen chorro de aceite de oliva y mezclar hasta formar una pasta, por ultimo añadir dos o tres hojas de albahaca picadas finamente.
Escurrir la pasta guardando un poco de agua de la cocción, añadir la salsa de ralladura de limón y queso parmesano y unas cucharadas de agua de la cocción para que quede la pasta más suelta.
Mezclar bien y añadir más hojas de albahaca y si se desea más queso parmesano.